Es éste un libro alentador sobre una gran cuestión inquietante: el problema del dolor; ¿por qué y para qué lo permite Dios? La intención del autor es diáfana: confortar y consolar a otras personas en sus padecimientos, y superar también sus propios dolores. Describe el hecho del dolor físico y moral, y ofrece la solución cristiana, la única respuesta posible tal y como nos es dada en los Libros Sagrados: el Sacrificio de Cristo en la Cruz y los designios amorosos de Dios sobre el dolor. En nuestro sufrimiento personal busca también Dios abrirnos los ojos a lo esencial: que vivamos el Amor, el amor de Dios y el amor al prójimo. Este libro puede aportar luz, valor y esperanza a quienes son puestos a prueba por el dolor, desde la certeza de que Dios nos ama y nos quiere felices eternamente.