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Las grandes gestas medievales ya pasaron, pero el alma y la chispa guerrera y vitalista de Lorca sigue viva en los héroes anónimos que antaño habitaron estas tierras. Ellos están en la memoria colectiva, adaptados a los tiempos que les tocó vivir. Sufrieron las consecuencias de la vida, pero nunca se rindieron ni doblaron la rodilla. En sus historias existe todo ese magma que germinó la Ciudad del Sol, la de los cien escudos, donde se podía matar al rey y de la que nadie quería ni el polvo. Como diría Pablo Ruiz Fortes: "Todo se nos zurre, todo lo güeno se nos calla. Por eso, Lorca querida,…mehr

Produktbeschreibung
Las grandes gestas medievales ya pasaron, pero el alma y la chispa guerrera y vitalista de Lorca sigue viva en los héroes anónimos que antaño habitaron estas tierras. Ellos están en la memoria colectiva, adaptados a los tiempos que les tocó vivir. Sufrieron las consecuencias de la vida, pero nunca se rindieron ni doblaron la rodilla. En sus historias existe todo ese magma que germinó la Ciudad del Sol, la de los cien escudos, donde se podía matar al rey y de la que nadie quería ni el polvo. Como diría Pablo Ruiz Fortes: "Todo se nos zurre, todo lo güeno se nos calla. Por eso, Lorca querida, tus armas de guerrero guarda, que de tus hechos pasados, poco se recuerda o nada". La dignidad de los personajes que descubrimos en La Ciudad del Sol es imponente, su templanza memorable, su sentido del sufrimiento inenarrable. A su manera ellos rememoran a esos caballeros esforzados y leales que nunca aparecen en las gloriosas gestas medievales de nuestro pasado esplendoroso. Incomprendidos y generosos, han conseguido ocupar un puesto en el imaginario popular y ser admirados por sus genialidades, por romper los esquemas de una sociedad estratificada. Recuerdan que todo se puede perder menos la honra, y que la voluntad de un hombre lo es todo. Como Don Rodrigo, hacen jurar al rey permanentemente en Santa Gadea. Algunos de estos personajes comienzan a borrarse de la memoria de las nuevas generaciones, otros siguen pululando por la ciudad que les vio nacer. Son atisbos nítidos que se abren entre los celajes del peor pecado del hombre: la deslealtad. Estos antihéroes son de carne y hueso, como esos peones y ballesteros que servían a su señor durante un mes, al rey durante dos, y a Lorca toda su existencia. Y aquí están, historia viva de la ciudad. Con sus aciertos y desventuras, pero firmes en sus actitudes.
Autorenporträt
José Luis Alonso Viñegla Nació en Lorca (Murcia) el 8 de marzo de 1955. Cursó estudios universitarios de Geografía e Historia en la Universidad de Jaén y en la UNED. Ha escrito varias novelas y ensayos de corte histórico y de misterio, así como artículos de opinión y poemas. Durante siete años, colaboró en el Diario Jaén, el Ideal de Granada y La Verdad de Murcia, entre otras publicaciones. Es Cronista Oficial de la Villa de Santiago de Calatrava y creador de la página de Facebook "El rincón literario de Eliocroca". Ha ganado diversos premios, como el Premio Provincial de Narrativa para autores noveles (Ministerio de Cultura, Jaén, 1982) y ha sido finalista del Premio Herralde de Novela (Barcelona, 1983). Entre sus publicaciones, encontramos Inquietudes (El Pasaje Editorial, 1982), La crónica prohibida del Condestable (Editorial Ateneo, 1990), Tehodomiro, el último Rey de Hispania (Publicaciones de la Universidad de Jaén, 2004), El manuscrito olvidado (Ed. Álamo, 2006) o La Torre Alfonsí (Ed. Álamo, 2008). Actualmente está preparando una novela negra que se titulará El extraño caso de Juan García.