La corrupción en sí no se perdona, porque es un pecado estructural y está ligado a un sistema injusto, que la Biblia llama satánico, identificándolo con las "bestias", a las que Ap 13 manda sin más al infierno. Ciertamente pueden ser perdonadas las personas corruptas; cuando cambian de mente y de conducta (que eso significa conversión, es decir, meta-noia), como anuncia Mc 1,14-15, pero nunca la corrupción en sí, porque es intrínsecamente mala. Hay pecados personales de corrupción que pueden y deben denunciarse con nombre y apellido, pero la corrupción en sí, como estructura demoníaca, ha de ser superada y destruida sin posibilidad de perdón, como ha denunciado la Biblia en su conjunto y, de un modo especial, el mismo Jesús.
Dieser Download kann aus rechtlichen Gründen nur mit Rechnungsadresse in A, B, BG, CY, CZ, D, DK, EW, E, FIN, F, GR, H, IRL, I, LT, L, LR, M, NL, PL, P, R, S, SLO, SK ausgeliefert werden.