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La Cuestión Nacional, una asignatura pendiente y la teoría de las Relaciones Internacionales Previo al surgimiento de las repúblicas las relaciones humanas eran de poder religioso y militar, basados en los derechos de los dioses y por tanto la guerra religiosa. Con la aparición de las repúblicas y el surgimiento del «hombre libre», el derecho a la guerra desaparece y da inicio a relaciones internacionales entre estados nacionales con igualdad jurídica, independencia y soberanía., ninguna república establece el derecho a la invasión o guerra para destruir a otra nación, cultura o sociedad. El…mehr

Produktbeschreibung
La Cuestión Nacional, una asignatura pendiente y la teoría de las Relaciones Internacionales Previo al surgimiento de las repúblicas las relaciones humanas eran de poder religioso y militar, basados en los derechos de los dioses y por tanto la guerra religiosa. Con la aparición de las repúblicas y el surgimiento del «hombre libre», el derecho a la guerra desaparece y da inicio a relaciones internacionales entre estados nacionales con igualdad jurídica, independencia y soberanía., ninguna república establece el derecho a la invasión o guerra para destruir a otra nación, cultura o sociedad. El mundo de las naciones se origina y consolida en el continente americano durante los siglos XVII y XVIII. El resto del mundo tendrá que sufrir dos Guerras Mundiales, y la Guerra Fría para reconocer los derechos civiles. Desde entonces, los imperios religiosos retan a las repúblicas, apoyadas por monarquías y estados religiosos. Los pequeños dictadores religiosos al interno de las repúblicas se disfrazan de guerrilleros y defienden la libertad religiosa contra la libertad de culto. En la república se puede ser ateo en el trabajo, idólatra de Venus en el almuerzo, o Baco y Morfeo por las noches; de Huītzilōpōchtli durante un evento deportivo, sin cometer delito por cambiar de religión o priorizar la ciencia sobre las mitologías. Las Constituciones republicanas establecen los derechos ciudadanos y sociales, en contraste a los divinos o naturales, pues la naturaleza no otorga ningún derecho, El «hombre libre» del continente americano inspiró cosmogonías como el liberalismo y marxismo. Hoy día los imperios religiosos no pagan impuestos, tienen sus propias reglas, exigen tributos a sus fieles. Y ejercen el derecho de guerra religiosa para imponer sus dioses. Por esto el Mundo de las Naciones continúa siendo una asignatura pendiente.
Autorenporträt
Ramón Pineda Gómez es Internacionalista por la Universidad Nacional Autónoma de México y realiza investigación independiente, con fondos propios. Como parte de la generación nacida en los 1950s, bajo los efectos de la postguerra; la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos: las guerras de descolonización el surgimiento de multitud de nuevos estados en África, el Apartheid, y la destrucción de Palestina por la mitología Sionista. Vivir la paranoia de la Guerra Fría, las masacres de estudiantes en nombre de Dios y contra el Comunismo, las guerrillas religiosas, los golpes de Estado en América Latina o los suicidios masivos promovidos por dirigentes religiosos, conformaron la necesidad de explicar un mundo donde científicos pelean contra la religión para efectuar trasplantes de órganos, vacunas y cirugías, para salvar vidas. Nacido en un país que nace como república en 1821, sin racismo y libertad de cultos, ve con extrañeza que en le SIGLO XXI se hable de blancos, cristianos, judíos, negros, amarillos o indígenas como criterio de calidad humana o clasificación. En este trabajo se abre un dialogo irreverente para una Teoría de la Relaciones Internacionales, en un llamado a formular las preguntas directas, para encontrar las respuestas orientadas a las soluciones y no a la preservación de lo irracional.