El surgimiento de una de las más exitosas economías exportadoras del planeta en el que hasta el siglo XVIII había sido un rincón muy poco prometedor de un arcaico imperio colonial constituye sin duda el tema central de la historia de la Argentina moderna. La provincia de Buenos Aires iba a ofrecer a fines del siglo XIX la principal base territorial para una de las más opulentas clases terratenientes del mundo. Ya antes de alcanzar esa incomparable opulencia, las clases terratenientes habían comenzado a ser reconocidas como el núcleo más sólido de la oligarquía, el establishment político que hasta 1916 tuvo control total del Estado y que aun después continuó imponiendo sus severas normas sobre muchos aspectos de la vida nacional.