Después de los acontecimientos explicados en La prisionera, el anterior volumen de En busca del tiempo perdido, el narrador tiene que afrontar el hecho irreversible de que Albertine ha desaparecido para siempre. Tan solo la capacidad transformadora del paso del tiempo puede atenuar la intensidad de los sentimientos que se experimentan ante la amante perdida.
La fugitiva surge como reverso y respuesta a la historia relatada en La prisionera. Valiéndose del poder de los caprichosos mecanismos de la memoria para la evocación de los recuerdos, Marcel Proust profundiza con mano maestra en las consecuencias de las pasiones amorosas, el dolor y también el olvido, y adelanta los temas fundamentales con los que cerrará su majestuosa y revolucionaria obra.
La fugitiva surge como reverso y respuesta a la historia relatada en La prisionera. Valiéndose del poder de los caprichosos mecanismos de la memoria para la evocación de los recuerdos, Marcel Proust profundiza con mano maestra en las consecuencias de las pasiones amorosas, el dolor y también el olvido, y adelanta los temas fundamentales con los que cerrará su majestuosa y revolucionaria obra.