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La obra es un producto literario de indudable valía, que se inscribe en el género de la "crónica testimonial". Por el ojo literario del autor desfilan acontecimientos ocurridos durante los últimos treinta años de su vida y la de sus contemporáneos, desde los tiempos estudiantiles del bachillerato, la universidad y el desempeño de la profesión como abogado. Transversaliza fechas lejanas y cercanas, locaciones próximas y distantes, situaciones de disímil naturaleza y personajes de la más diversa ralea, pero en todos hay un claro hilo conductor, que es la ciudad de La Habana, como trasfondo y…mehr

Produktbeschreibung
La obra es un producto literario de indudable valía, que se inscribe en el género de la "crónica testimonial". Por el ojo literario del autor desfilan acontecimientos ocurridos durante los últimos treinta años de su vida y la de sus contemporáneos, desde los tiempos estudiantiles del bachillerato, la universidad y el desempeño de la profesión como abogado. Transversaliza fechas lejanas y cercanas, locaciones próximas y distantes, situaciones de disímil naturaleza y personajes de la más diversa ralea, pero en todos hay un claro hilo conductor, que es la ciudad de La Habana, como trasfondo y escenario de todos los acontecimientos, incluso hasta de aquellos trágicos ocurridos fuera de sus límites geográficos.
Autorenporträt
José Antonio del Río González- Pepito (La Habana, 29 de agosto de 1969). Graduado de Licenciado en Derecho, Universidad de La Habana 1992. Desde septiembre de 1992 ejerce como Abogado en la Organización Nacional de Bufetes Colectivos. Se desempeña en el Bufete Colectivo situado en Calle E y 23 de la Habana Cuba, reconocido en el mundo del Derecho como uno de los abogados defensores de mayor calibre del país, ha participado en muchos de los procesos judiciales más importantes acontecidos en Cuba en los últimos años .En paralelo a este distinguido abogado penalista, existe otro Pepito: un escritor de fina pluma, observador agudo de la ciudad, de su gente, del comportamiento humano, de las fechas sencillas y de los grandes acontecimientos, del ir y venir de la gente común que habita o transita por la capital del país. Esa cualidad especial de espectador de la realidad le permite colimar esos momentos únicos que ocurren en el día a día de nuestro derredor y que al resto nos pasan inadvertidos.