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En un jardín muy lejano, vivía una mariquita azul junto con su familia. Todos eran felices, hasta que un enorme escarabajo llegó a destruir su hogar, y la mariquita azul no tuvo más remedio que huir. Voló y voló siguiendo al sol, y un día se topó con una gran sorpresa que pintó su vida de un nuevo color. VALORES IMPLÍCITOS: Transmitir la importancia de la solidaridad, la amistad y el respeto en las relaciones humanas. La migración es un fenómeno que va de la mano con la propia historia de la humanidad, por lo que es importante entender que las diferencias culturales son capaces de enriquecer…mehr

Produktbeschreibung
En un jardín muy lejano, vivía una mariquita azul junto con su familia. Todos eran felices, hasta que un enorme escarabajo llegó a destruir su hogar, y la mariquita azul no tuvo más remedio que huir. Voló y voló siguiendo al sol, y un día se topó con una gran sorpresa que pintó su vida de un nuevo color. VALORES IMPLÍCITOS: Transmitir la importancia de la solidaridad, la amistad y el respeto en las relaciones humanas. La migración es un fenómeno que va de la mano con la propia historia de la humanidad, por lo que es importante entender que las diferencias culturales son capaces de enriquecer nuestro entorno, siempre y cuando todos actuemos con empatía y tolerancia.
Autorenporträt
Mónica Rojases escritora mexicana y embajadora de "Save the Children". Autora de libros infantiles como "El niño que tocó las estrellas" y "Eglantyne Jebb: una vida dedicada a la niñez", así como de obras para jóvenes, entre las que se pueden contar "Hacia ninguna parte" y "El cosechador de estrellas". Se considera una autora multifacética, porque además escribe cuentos policíacos, novela criminal y biografías noveladas, pues según dice: "Un escritor no debe temer al infinito". Amélie G. Rojas es una pequeña gran creativa. Le gusta escribir historias fantásticas sobre animales y viajes. Este es su primer libro publicado. Laura Príncipe nació con un lápiz en la mano. En la escuela, recuerda a sus profesores diciéndole que nunca dejara de dibujar, que tenía un gran futuro. Así que les tomó en serio y desde bien pequeñita, ya sabía que quería dedicarse al mundo de la ilustración y de los cuentos, y también tenía muy claro que quería contribuir a mejorar las cosas y a intentar sacar a todos los niños una sonrisa... Como ella misma nos dice, si no, ¿para qué están los ilustradores?...