OÍMOS tanto en estos días acerca de la importancia de llegar a la mente subconsciente que es muy fácil para uno asumir que no hay otro factor importante en la demostración, sin embargo, hay otros dos factores igualmente, si no más importante, es decir, despertar el interés de y obtener una respuesta de la mente subconsciente. No se puede hacer una demostración perfecta sin que cada uno de estos tres factores reciba la consideración adecuada.
Llegar a la mente subconsciente no es más que el proceso preliminar de la demostración, - como tocar las teclas de un piano no es más que los pasos preliminares para producir música. Obtener una respuesta de la mente subconsciente es tan necesario para demostrar cosas materiales como lo es despertar una respuesta de tono de las teclas de un piano para producir una demostración de música.
Sin embargo, para obtener una respuesta de la mente subconsciente, debe despertarse su interés, ya que la determinación de la mente subconsciente reside en su punto de interés, por lo tanto, cuanto más interés despierte, mayor y más rápida será la respuesta.
Debido a este hecho, la demostración perfecta debe incorporar estos tres modos de dirigir las actividades del subconsciente: llegar a él, despertar su interés y obtener su respuesta.
La actitud reverente, unida a un deseo ferviente y específico, es el método más seguro y rápido de llegar a la mente subconsciente, pero la actitud reverente se adquiere de diversas maneras según el individuo y el desarrollo, también según los hábitos y convicciones subconscientes, ya que es más fácil para ella captar ideas con las que ha estado más estrechamente relacionada que captar sugerencias totalmente nuevas y extrañas.
Recuerde, - la mente subconsciente opera totalmente por sugestión y cualquier sugerencia que esté más estrechamente relacionada con sus hábitos dominantes de actividad se cristalizará en forma externa más rápidamente que las sugerencias que son nuevas o sólo parcialmente relacionadas con los hábitos establecidos. Por lo tanto, la actitud reverente se adquiere más rápidamente por sugestiones que siguen más de cerca la tendencia natural del hábito subconsciente. La sugestión se clasifica en cuatro grupos: mental, verbal, física y velada, y cada una se cristaliza en forma material como condiciones dominantes según su calidad.
Llegar a la mente subconsciente no es más que el proceso preliminar de la demostración, - como tocar las teclas de un piano no es más que los pasos preliminares para producir música. Obtener una respuesta de la mente subconsciente es tan necesario para demostrar cosas materiales como lo es despertar una respuesta de tono de las teclas de un piano para producir una demostración de música.
Sin embargo, para obtener una respuesta de la mente subconsciente, debe despertarse su interés, ya que la determinación de la mente subconsciente reside en su punto de interés, por lo tanto, cuanto más interés despierte, mayor y más rápida será la respuesta.
Debido a este hecho, la demostración perfecta debe incorporar estos tres modos de dirigir las actividades del subconsciente: llegar a él, despertar su interés y obtener su respuesta.
La actitud reverente, unida a un deseo ferviente y específico, es el método más seguro y rápido de llegar a la mente subconsciente, pero la actitud reverente se adquiere de diversas maneras según el individuo y el desarrollo, también según los hábitos y convicciones subconscientes, ya que es más fácil para ella captar ideas con las que ha estado más estrechamente relacionada que captar sugerencias totalmente nuevas y extrañas.
Recuerde, - la mente subconsciente opera totalmente por sugestión y cualquier sugerencia que esté más estrechamente relacionada con sus hábitos dominantes de actividad se cristalizará en forma externa más rápidamente que las sugerencias que son nuevas o sólo parcialmente relacionadas con los hábitos establecidos. Por lo tanto, la actitud reverente se adquiere más rápidamente por sugestiones que siguen más de cerca la tendencia natural del hábito subconsciente. La sugestión se clasifica en cuatro grupos: mental, verbal, física y velada, y cada una se cristaliza en forma material como condiciones dominantes según su calidad.