Desde lo más profundo de mi humilde corazon, dedico ésta obra a Dios; pero también -y gracias a Él- a todas las personas que viven con LUPUS, sus familias y amigos.
En forma muy especial, a los que aún no han tenido la oportunidad de un tratamiento eficaz, con acompañamiento emocional incondicional e información clara y precisa de la enfermedad.
A las personas que todavía no creen en milagros y culpan a Dios de sus malestares, olvidándose de su propia historia de vida.
A los científicos, médicos, chamanes, biólogos, psiquiatras, psicólogos, homeópatas… etc., que dedican tiempo a la investigación del origen del lupus, negándose a ver al ser humano co- mo un TODO.
En forma muy especial, a los que aún no han tenido la oportunidad de un tratamiento eficaz, con acompañamiento emocional incondicional e información clara y precisa de la enfermedad.
A las personas que todavía no creen en milagros y culpan a Dios de sus malestares, olvidándose de su propia historia de vida.
A los científicos, médicos, chamanes, biólogos, psiquiatras, psicólogos, homeópatas… etc., que dedican tiempo a la investigación del origen del lupus, negándose a ver al ser humano co- mo un TODO.