Don Manuel de la Torre, un rico hidalgo de La Montaña de Cantabria regresa a su pueblo, Luzmela, llevando consigo una niña enlutada que acaba de perder a su madre. Carmencita es su hija bastarda, pero él se presenta, incluso ante ella, sólo como su padrino y benefactor, al igual que con el huérfano Salvador. A la muerte de Don Manuel, éste procura con su testamento el bien de su hija y su pupilo. Pero, la cándida niña, queda al cuidado de su interesada tía Doña Rebeca, quien no le profesa el debido afecto.