En nuestra vida agitada y en busca de sentido se nos ofrecen muchos métodos de meditación. ¿Por qué no conectarnos con la tradición espiritual centenaria de nuestra herencia cristiana? Más que una meditación con uno mismo o con la naturaleza, la oración es una relación con Otro. Sin embargo, para vivir ese silencio del corazón y perseverar en él, necesitamos puntos de referencia. Clara y accesible, esta obra comparte una experiencia enraizada en la tradición espiritual de la Iglesia. Este encuentro silencioso con el Dios vivo será entonces fuente de profundización espiritual, de transformación interior, de paz y de relación más libre con los demás. Un libro valioso para iniciarse en el arte de la oración.