Chema vuelve a casa. Es algo más tarde que otras veces. La plaza de Chueca está vacía, silenciosa. De repente oye un grito desgarrador, se esconde instintivamente y se transforma en testigo de un asesinato. No hace nada, se queda quieto, mirando. Siente que es un cobarde, y solo piensa en escapar, en no ser descubierto. No informa a la policía, no se lo dice a nadie. Los remordimientos le persiguen. Una persecución angustiosa que alcanza cimas impensables cuando descubre que no se trata de un asesinato aislado. Son varias las personas que han muerto violentamente en el barrio. Y todas tienen algo en común: son homosexuales. Estamos en los últimos días de Franco. El dictador agoniza, mientras Chema trata de sumergirse en el mundo del teatro, donde los escenarios se confunden, por momentos, con los sucesos de la realidad. Pero no lo consigue, y se obsesiona pensando que alguien pudo verle esa noche en la plaza de Chueca. Y si es así, él será la próxima víctima. Una tensión psicológica magistral que pretende adentrarse en los misteriosos mecanismos de la cobardía humana. La plaza del silencio es un viaje al mundo de las emociones, de la amistad, de los amores posibles, y de los imposibles, de los recuerdos, y también del odio, del fanatismo, del crimen. Rafael Herrero, su autor, es dramaturgo y guionista de cine, televisión y radio. Ha sido premiado en diversas ocasiones, tanto por sus programas y series de TV como por sus obras teatrales, que han sido representadas, entre otros lugares, en el Teatro Principal de San Sebastián o en el Teatro Español de Madrid. Fue también director del mítico programa cultural de TVE La Mandrágora.