El proceso con el que se liquida la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) culminó simbólicamente con la arriada de la bandera roja del Gran Palacio del Kremlin el 25 de diciembre de 1991. No se trató, sin embargo, solo de un cambio de régimen político; efectivamente, finalizaba una etapa histórica en el escenario internacional. La superación del régimen comunista soviético llevó aparejada también el desmembramiento de la URSS, y con este fenómeno el distanciamiento —y en ocasiones enfrentamiento— entre las nuevas unidades estatales. Algunos de estos países nacen ya enfrentados con sus vecinos, otros tardarán algún tiempo más en confrontar con los intereses moscovitas, como Ucrania o Azerbaiyán. En este contexto se desarrolla desde 1988 un conflicto entre el Gobierno de la República de Azerbaiyán, por un lado, y por otro la población armenia del territorio de su titularidad soberana denominado Nagorno-Karabaj y el Gobierno de la República de Armenia. Este conflicto supone un test importante para analizar diferentes problemáticas propias del derecho internacional, como la creación de Estados mediante secesión.