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El Maestro Djwhal Khul los denomina los siete canales a través de los cuales fluye todo lo que existe y dice que en realidad no existe nada en el sistema solar, cualquiera sea su grado de evolución, que no pertenezca ni haya pertenecido a uno de los siete rayos. En cada persona, la Presencia "Yo Soy" pertenece a un rayo, el Ángel Solar a otro y la personalidad a otro. De acuerdo al estado evolutivo en que se encuentre manifiesta una, algunas o todas las virtudes del rayo, y lo mismo ocurre con los vicios del mismo rayo. Para hacerlo mas sencillo diremos que cada rayo tiene virtudes especiales,…mehr

Produktbeschreibung
El Maestro Djwhal Khul los denomina los siete canales a través de los cuales fluye todo lo que existe y dice que en realidad no existe nada en el sistema solar, cualquiera sea su grado de evolución, que no pertenezca ni haya pertenecido a uno de los siete rayos. En cada persona, la Presencia "Yo Soy" pertenece a un rayo, el Ángel Solar a otro y la personalidad a otro. De acuerdo al estado evolutivo en que se encuentre manifiesta una, algunas o todas las virtudes del rayo, y lo mismo ocurre con los vicios del mismo rayo. Para hacerlo mas sencillo diremos que cada rayo tiene virtudes especiales, vicios y virtudes a adquirirse y que depende del estado evolutivo de cada uno, lo que manifieste; como todo siempre está en la espiral de evolución los vicios se irán trocando en virtudes. En las meditaciones conjuntas de Lunas Llenas, tenemos la oportunidad de aumentar las virtudes de los rayos que estén irradiando en cada una, con diferentes combinaciones de éstos, y de eliminar los vicios; meditando profundamente durante todo el mes sobre las virtudes correspondientes.
Autorenporträt
Para la historia oficial el origen del conde Saint Germain es un enigma. Sobre su patria de nacimiento hay múltiples afirmaciones, pero la más digna de fe, es tal vez, la del príncipe Carlos de Hesse Cassel, quien declara en sus memorias que Saint-Germain afirmó ser hijo del príncipe Rakoczy de Transilvania y de su primera esposa, una Teleky. De todas maneras, a pesar de lo dicho por Carlos de Hesse Cassel, toda Europa se planteó el interrogante muchas veces. Asumió por propia voluntad el nombre de Hermano Santo –que es lo que significa Saint-Germain–, según se dice, para distinguirse de sus hermanos, aunque otras fuentes nos dicen que este nombre le viene del hecho de haber comprado una propiedad llamada San Germano en el Tirol italiano. Este extraño personaje, que hablaba a la perfección cerca de treinta lenguas tanto antiguas como modernas, que reunía en sí todos los conocimientos de la época, fue el asombro de las cortes europeas durante todo el siglo XVIII y principios del XIX. Recorrió Europa bajo diversos nombres, tales como marqués de Monserrat, conde Bellamarre, caballero Schoening, caballero Weldon, conde de Soltikoff, príncipe Rakoczy, conde de Surmont, etc. Fue un experto en la transmutación de metales y piedras preciosas, lo que demuestra que la alquimia no guardaba secretos para él, afirmándose también que sabía preparar un elixir de eterna juventud mediante el cual se conservaba siempre joven, como lo atestiguan todos los que lo conocieron, pues mientras la gente a su alrededor mostraba en sus cuerpos el paso del tiempo, él aparentaba siempre alrededor de cuarenta años. Saint-Germain fue un adepto dotado de los más grandes poderes. Profetizó ante Luis XV, Luis XVI y María Antonieta los tempestuosos acontecimientos que se avecinaban para Europa. Poseía el don de la ubicuidad, y se cuenta que podía aparecer en donde se lo necesitara, sin recurrir al uso de las puertas y adivinándolo telepáticamente, cuando era llamado o invocado. Tenía una memoria prodigiosa demostrada no sólo en su conocimiento lingüístico, sino también cuando, leyendo rápidamente un largo escrito, era capaz de repetirlo palabra por palabra al día siguiente. Controlaba perfectamente y en forma igual los dos hemisferios de su cerebro, demostrando esto al escribir dos cartas al mismo tiempo, con una mano una carta de amor y con la otra una de alta filosofía. Como músico tenía un talento extraordinario, siendo capaz de tocar todos los instrumentos, aunque el violín era su preferido. Se lo describe físicamente como bien proporcionado y de peso mediano, con facciones regulares y agradables, cabello negro y tez ligeramente morena, frente amplia y ojos separados. Vestía con elegancia pero en forma sencilla, con ropa algo ceñida y generalmente de color negro. Solía relatar en sus charlas cortesanas experiencias vividas varios siglos y aun milenios atrás, con lo cual provocaba en sus oyentes un enorme asombro, seguido éste tanto del escepticismo y la burla, como de la admiración de algunos pocos amigos fieles que tuvo. Actuó también en el terreno de la diplomacia recordándose especialmente su viaje a La Haya para hacer arreglos de paz con los holandeses por encargo de Luis XI de Francia. En cuanto al hecho de su muerte, éste es un asunto tan misterioso y lleno de incógnitas como su nacimiento. Oficialmente se dice que "murió" en casa de su amigo y protector, el príncipe Carlos de Hesse Cassel, el 27 de febrero de 1784.