El descubrimiento de América en 1492 y la ruptura de la cristiandad occidental en 1517 marcaron el tránsito de la Edad Media al mundo que conocemos en la actualidad. La rebeldía de un oscuro fraile alemán desencadenó uno de los episodios más importantes de la historia europea, que provocó la reconfiguración del mapa continental y rompió la unidad esencial de todo Occidente alrededor de una única Iglesia y un ideal imperial. Nada volvería a ser igual después de Lutero. Ahora nos encontramos inmersos en un cambio de los modelos económico, político, social, filosófico y espiritual que está poniendo en cuestión los valores de una Europa que reconstruye laboriosamente su unidad. Los paralelismos entre la Europa de 1517 y la de 2017 son mucho más evidentes de lo que pudiera parecer, y es posible que el ejemplo de la Reforma, con sus errores y sus aciertos, pueda servirnos de brújula en el arduo camino que todos, europeos y no europeos, tenemos por delante.