Emilio Salgari - El mar Caribe, en plena tormenta mugía furiosos lanzando verdaderas montañas de agua contra los muelles de Puerto-limón y las playas de Nicaragua y de Costa Rica. El astro día, rojo como un disco de cobre, solo proyectaba pálidos rayos. No llovía; pero las cataratas del cielo no debían de tardar en abrirse.