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Seminar paper del año 2002 en eltema Romanística - Idiomas de América Latina, literatura, cultura general, Nota: 1, San Francisco State University (Spanish Department), Materia: Cumbres de la literatura hispanoamericana, Idioma: Español, Resumen: Uno de los más notables escritores de México, Juan Rulfo, nos demuestran, a través de sus obras, las características más notables de la Revolución mexicana. Podemos apreciar, por ejemplo, en la obra de “Pedro Páramo”, el tratamiento de la mujer, la violencia, el dialecto regional, el hermoso ambiente geográfico, y la gran metáfora universal de la…mehr

Produktbeschreibung
Seminar paper del año 2002 en eltema Romanística - Idiomas de América Latina, literatura, cultura general, Nota: 1, San Francisco State University (Spanish Department), Materia: Cumbres de la literatura hispanoamericana, Idioma: Español, Resumen: Uno de los más notables escritores de México, Juan Rulfo, nos demuestran, a través de sus obras, las características más notables de la Revolución mexicana. Podemos apreciar, por ejemplo, en la obra de “Pedro Páramo”, el tratamiento de la mujer, la violencia, el dialecto regional, el hermoso ambiente geográfico, y la gran metáfora universal de la Revolución mexicana. Juan Rulfo quiere proyectarnos dentro de este lindo cuento los razgos típicos de la cultura mexicana Una forma interpretativa de “Pedro Páramo” es de ver la obra como una crónica distante de la Revolución mexicana. Esto se nota en cinco categorias principales: 1) el tratamiento de la mujer, 2) la violencia, 3) el dialecto regional, 4) el ambiente geográfico y 5) la metáfora universal de la Revolución mexicana. Si se observa el tratamiento de la mujer en la obra, se nota que las mujeres sufrieron mucho durante la Revolución mexicana. Los hombres no las respectaban y las trataban como “cosas”. Encima las abusaban, como por ejemplo Miguel Páramo a Ana: “Solamente le sentí encima de mí y que comenzaba a hacer cosas malas conmigo.” (pag. 89). Y las mujeres se callaban y aguantaban este tratamiento. “Y yo le sonreí. Pensé en lo que usted me había enseñado: que nunca hay que odiar a nadie.” (pag. 88). En este mundo patriarcal, los hombres pudieron legalmente tener tantos hijos bastardos con ellas como querían, porque pudieron imponer derechos feudales a los cuerpos de las mujeres que vivían en sus tierras.