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Es "la verdadera historia" porque su autor emplea este libro como ariete para demoler las fábulas pueriles que circulaban sobre su vida. Zappa nos cuenta el arranque, el nudo y el desenlace de su accidentada experiencia musical, narra a cuchillada limpia sus debates con el puritanismo censor y denuncia las patrañas que mandamases arrojan sin descanso a la credulidad pública. Su agudo olfato detectó siempre el olor a boñiga. Aquí asistimos a disparatados encuentros con eminencias como Mick Jagger, Eric Clapton o Al Gore; contemplamos las vergüenzas de un juicio grotesco en los tribunales de la…mehr

Produktbeschreibung
Es "la verdadera historia" porque su autor emplea este libro como ariete para demoler las fábulas pueriles que circulaban sobre su vida. Zappa nos cuenta el arranque, el nudo y el desenlace de su accidentada experiencia musical, narra a cuchillada limpia sus debates con el puritanismo censor y denuncia las patrañas que mandamases arrojan sin descanso a la credulidad pública. Su agudo olfato detectó siempre el olor a boñiga. Aquí asistimos a disparatados encuentros con eminencias como Mick Jagger, Eric Clapton o Al Gore; contemplamos las vergüenzas de un juicio grotesco en los tribunales de la monarquía británica o de una estrafalaria inquisición en el Senado estadounidense; oímos sabios consejos para instruir a la infancia en el racionalismo escéptico y el higiénico rechazo de todos los dogmas eclesiásticos… Aquí se revientan los empalagosos cánones de la memoria pop para construir una reflexión ineludible sobre nuestro tiempo y nuestra necedad.
Autorenporträt
Frank Zappa (Baltimore, 1940) será recordado como uno de los músicos más feroces y menos gobernables del siglo XX. Compositor incansable, lúcido e intransigente con el tedio, su trayectoria fue una constante explosión creativa. Disparó más de 70 discos cargados de sosa cáustica contra las cabezas de todos los títeres que, a izquierda y derecha, asolaban o aburrían el jardín americano. Pero su gran contribución al paisaje de nuestro tiempo consistió en cebar esos proyectiles con una pólvora estética que aglutinaba las influencias más diversas, desde la atonalidad al doo-wop, pasando por Stravinsky, Stockhausen, Mingus o Bob Marley. Tanto su obstinada desobediencia como la compleja extensión de su obra lo han convertido en una pieza insustituible de la cultura contemporánea y, desde luego, en una anomalía para las liturgias del rock reglamentario. Fue literalmente ex-céntrico y murió en Los Ángeles el cuatro de diciembre de 1993.