Cuando salimos o entramos hacia cualquier lado, no siempre sabemos a dónde vamos. Pero partir, justamente, sin tener idea ni querer saber el porqué de nuestros pasos compromete a la misma libertad. La compromete a hacerse presente para enorgullecerse de sí misma, al ser definida de manera exacta, sin enmiendas ni acoples. Y al emerger, sin importar particularmente desde dónde, ya vamos hacia algo que puede estar dotado o no de designios necesarios e incorpóreos. Este libro está repleto de viajes, por más que sea uno solo a fin de cuentas. Las subdivisiones que produce paso a paso provocan y engendran decenas de nuevos viajes, donde las pausas son tan importantes como las mismas reflexiones que las producen. Es una invitación pues, con mensajes dispares pero simples, propone, al mismo tiempo, la participación de una pseudolocura, también dividida entre todos los puntos de vista que encontramos cuando legitimamos los modos de la libertad. Esa misma libertad que está abrazada a todos los posibles destinos, que son tantos como decidamos o tan pocos como no dejemos ser.