Este libro hunde sus raíces en las ondas expansivas del Mayo francés. Se trata del desciframiento de un acertijo en la intersección del psicoanálisis y la filosofía. La fascinación de Deleuze por Lacan declinaba y Foucault auguraba quién sería el filósofo del siglo XX. Lacan elaboraba la versión más refinada de su lógica del significante, y estaba a punto de producir los discursos, sus "pequeños cuadrípodos giratorios". El 12 de marzo de 1969 Lacan pidió al auditorio de su Seminario que alguien entrara en el detalle de un pie de página de Lógica del sentido de Deleuze. Cuarenta y un años después la autora aceptó el desafío al no encontrar ninguna respuesta de aquella época. La objeción a una tesis de Lacan que se analiza en este texto fue la misma por la que Guattari decidió conocer a Deleuze. Esta investigación es un eslabón más para la ontogenia de Antiedipo, situando en un lugar de privilegio la ontología del Deleuze académico, la Univocidad del Ser.