Desde el Jardín del Edén, Satanás ha secuestrado, robado y reprogramado nuestra verdadera identidad. Fuimos creados para grandes cosas... pero vivimos como si fuéramos débiles El Dios sin límites nos ha formado a su imagen... pero caminamos en nuestras vidas diarias como si fuéramos incompetentes. Dios tiene un plan asombroso para nosotros, y el enemigo procura sabotearlo. Cuando no reconocemos quiénes somos en realidad, limitamos a Dios. No obstante, cuando comprendemos la verdad de nuestra identidad en Cristo, podemos caminar con autoridad en el poder reservado para cada uno de los hijos de Dios. Podemos sanar a los enfermos, expulsar demonios y librar a los cautivos.Podemos ver milagros y causar un impacto duradero para el reino. No se conforme con el techo de cristal construido con las mentiras del enemigo. Ataviéselo. Cambie el temor y la duda por una vida de posibilidades radicales.Reclame su verdadera identidad... y cambie el mundo.