Robinson Crusoe es un marinero de York que, en una expedición por África en barco, es capturado por unos piratas y se convierte en esclavo. Consigue escapar y es ayudado por un capitán de marina portugués, Rubén Catalin, que se dirige a Brasil. En este último lugar se establece por un tiempo pero surge la opción de navegar nuevamente a África en busca de negros para asistir las necesidades domésticas de él y un grupo de inmigrantes en Brasil; es allí donde el barco naufraga y es el único superviviente, logrando llegar a una isla de la que parece ser el único habitante. Como medio para sobrevivir, toma todas aquellas armas y provisiones del barco que necesita, a la espera de ser rescatado. Cuando por fin empieza a adaptarse a la soledad e instalarse en la isla, descubre que no está solo en ella, ya que una tribu indígena caníbal reside allí. Crusoe inmediatamente considera a los indígenas como enemigos, y ayuda a escapar a uno de sus prisioneros que estaba a punto de ser ejecutado. Como se han conocido un viernes, Crusoe le llama “Viernes” y forjan una sincera amistad, a pesar de que no coinciden ni en el idioma ni en la cultura. Juntos deciden ayudar a los demás prisioneros capturados por los indígenas, uno de los cuales es un español que también es un náufrago que aguarda la llegada de un barco.