Sus nombres podrán ser olvidados... Pero sus hazañas son inmortales.Toda nación tiende a recordar y exaltar la memoria de los héroes. Ellos personifican, con sus aciertos y sus errores, el nacimiento de nuestra Patria. Sin embargo, con el paso del tiempo hemos perdido la dimensión de sus acciones. Nos hemos quedado con una imagen distante y confusa de aquellas primeras horas de combate, en las que se conquistó con sangre la libertad de las provincias que hoy forman la República. El recuerdo de estos patriotas de la primera hora se ha hecho difuso… Sus rostros se han transformado lentamente en un bronce mudo e inexpresivo… Los episodios de la Guerra de la Independencia que ellos protagonizaron, se han convertido en leyendas, y poco a poco, las hemos olvidando. Pero a veces, cosas del destino, nuestra existencia rutinaria se cruza con alguno de éstos relatos anecdóticos que nos llegan con ecos lejanos de cañones y glorias pasadas. A medida que recorremos las páginas de nuestra gesta independentista, empezamos a vislumbrar el verdadero rostro de aquellos antiguos próceres de la argentinidad naciente. De entre el polvo de los archivos, a través del humo de la batalla, aparecen frente a nosotros fantasmas de tiempos olvidados. Vienen a incomodarnos, a conmovernos, a sorprendernos con sus memorias y gestos… Pero sobre todo, vienen a recordarnos quiénes éramos; quiénes fuimos, alguna vez, los argentinos…"Es como en las grandes historias, las verdaderamente importantes; siempre estaban llenas de oscuridad y peligro. Y algunas veces uno no quería saber el final, porque… ¿Cómo podía ser un final feliz? ¿Cómo podía el mundo volver a ser cómo era, cuando tanto mal había ocurrido? Pero al final, es una cosa pasajera, esa sombra. Hasta la oscuridad debe pasar. Llegará un nuevo día. Y cuando el sol brille, brillará con más claridad. Esas eran las historias que recordabas… Que significaban algo, aun cuando eras muy joven para saber por qué… Pero creo que sí entiendo, ahora lo sé. La gente en esas historias tuvo muchas oportunidades de volverse atrás, pero no lo hacían. Seguían adelante, porque estaban aferrándose a algo… A que existe bondad en este mundo… Y a que vale la pena luchar por ella." (J.R.R. Tolkien).