La idea que nos ha sido legada de la independencia de Estados Unidos es la de una rebelión contenida, justa y sujeta a unos cauces ordenados, protagonizada por patriotas en defensa de sus nobles ideales frente a un imperio opresor que gozaba del monopolio de la violencia, un relato inspirador y estimulante que los fundadores hicieron todo lo posible por alimentar tras la guerra. Sin embargo, como el historiador Holger Hoock muestra en esta exhaustivamente documentada y bellamente escrita crónica del nacimiento de los Estados Unidos, la revolución no fue únicamente una batalla en la que dirimir principios morales, también fue una desgarradora y encarnizada guerra civil que dio forma a la nación de maneras que tan solo hemos empezado a vislumbrar. En Las cicatrices de la independencia, Hoock desmonta el tradicional relato de la revolución para trazar una descarnada historia de violencia en la que los patriotas americanos persiguieron y torturaron lealistas; en la que los casacas rojas británicos masacraron soldados enemigos y violaron mujeres; en la que los prisioneros eran dejados morir de hambre en barcos infestados y en celdas subterráneas; en la que los afroamericanos que lucharon a favor o en contra de la independencia sufrieron desproporcionadamente; en la que el ejército de Washington emprendió una guerra genocida contra los iroqueses… Con una prosa vigorosa y asertiva, la provocadora obra de Hoock también examina los dilemas morales planteados por esta omnipresente violencia a los que debieron enfrentarse tanto los británicos, que se debatían entre una guerra sin restricciones y la contención hacia los también súbditos de la Corona, como los patriotas, que documentaron crímenes de guerra en un ingenuo esfuerzo de unificar la nación naciente. Frente a un relato blanqueado a lo largo de los siglos, Las cicatrices de la independencia contrapone una historia más incómoda, pero también más honesta, que pone de manifiesto las tensiones inherentes entre los propósitos morales y las tendencias violentas de la América de ayer, de las cuales son herederos los Estados Unidos de hoy. Con ello, nos brinda una nueva historia fundacional tan relevante como necesaria, y un recordatorio de las naciones rara vez se forjan sin derramamiento de sangre. 2018 – Premio de la National Society of the Daughters of the American Revolution Excellence in American History