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Si vais á Granada, y en la parte meridional de la Alhambra, veis dos torres rajadas, aportillados los muros, las vides serpeando hasta las almenas, al pie un arroyo, y junto al arroyo flores y árboles; si tropezais en fragmentos desprendidos, en escombros amontonados, aquella parte que veis, teniendo delante un cubo, en que crecen los jaramagos y las malvas locas, y sobre el cubo las dos torres, orladas por una tapia de tierra con aspilleras, y entre las dos torres un muro, y en este muro una puerta tapiada, podeis decir que estais en la torre de los Siete Suelos, entrada principal de la…mehr

Produktbeschreibung
Si vais á Granada, y en la parte meridional de la Alhambra, veis dos torres rajadas, aportillados los muros, las vides serpeando hasta las almenas, al pie un arroyo, y junto al arroyo flores y árboles; si tropezais en fragmentos desprendidos, en escombros amontonados, aquella parte que veis, teniendo delante un cubo, en que crecen los jaramagos y las malvas locas, y sobre el cubo las dos torres, orladas por una tapia de tierra con aspilleras, y entre las dos torres un muro, y en este muro una puerta tapiada, podeis decir que estais en la torre de los Siete Suelos, entrada principal de la Alhambra en otros dias, y hoy ruina miserable insultada por los hombres y por el tiempo.
Difícilmente puede comprenderse la pasada magnificencia de aquella puerta.
A principios del siglo actual, los franceses, los hijos de ese pueblo ilustradísimo, que vinieron á España con el no menos ilustradísimo, sabio, prepotente colosal Bonaparte, tuvieron el buen gusto de minar la Alhambra y de barrenar sus muros: no podian llevársela como se llevaron otras tantas cosas que aun no han vuelto, y quisieron destruirla; afortunadamente un soldado de los inválidos del castillo, tuvo valor bastante para cortar la mina, pero cuando ya habia volado la magnífica torre del Agua, cuyos vestigios se vén con vergüenza de los civilizadores del mundo en la parte sur de la Alhambra, donde yacen arrojados fragmentos de los muros sobre el barranco. Del mismo modo por la parte de adentro de los muros, junto á la torre de los Siete Suelos, se vé un colosal fragmento de bóveda, surcado por los barrenos, fragmento que debia tener sobre si una inscripcion que dijese:
«No fueron españoles los que esto hicieron, sino los franceses que trajo á España para civilizarla Napoleon el Grande.»
De la misma manera en la torre de los Picos, en la bellísima torre de los Picos, debia escribirse:
«Las balas rasas que dejaron sus señales como se vén en el muro de esa torre, fueron disparadas desde las baterías de la Silla del Moro, por los franceses que acaudillaba el mariscal Sebastiani.»