Entre 1931 y 1982 la oferta de cine es enorme: salas de estreno, de re-estreno, de parroquia o de verano. El cine se hizo presente en los juegos de los españoles, en sus noviazgos y en los comentarios de café entre jubilados. Las respuestas de aquellos espectadores sobre sus modos de asistir al cine, sus estrellas y películas, aportan las claves de algunos cambios culturales, sociales y políticos, y manifiestan el nacimiento de una cultura popular unida al entretenimiento de las masas.