La Pasión de Jesús nos habla de su amor por nosotros, un amor infatigable, incondicional, infinito, lleno de "locuras". Nadie nos ama como Él. Es lógico que el cristiano medite a menudo lo sucedido en aquella primera Semana Santa: el lavatorio de los pies, la institución de la Eucaristía, la Pasión y muerte de Jesús, la amorosa esperanza de María durante el Sábado Santo, y la resurrección y apariciones de Jesús a sus discípulos.