De todos los movimientos emancipadores y esperanzadores que existen hoy en el mundo, los ecológicos políticos son los más avanzados ideológica y filosóficamente, porque conectan de manera congruente la teoría con la praxis, y porque son los únicos que están visualizando soluciones liberadoras a la altura de las complejas circunstancias actuales. También, son los que han logrado superar toda la parafernalia heredada de la épica revolucionaria del siglo XIX (marxismos, leninismos, trotskismos, maoísmos, etc.) que sigue aún presente como relicto del pasado en los movimientos de emancipación del siglo XXI. Son los más avanzados porque logran conectar la crisis social con la crisis ecológica; las luchas locales con las batallas globales; la superación individual y familiar con la acción política colectiva. A sus actores del autor les ha denominado civilizionarios, porque saben distinguir entre lo que es un mero cambio de sistema social o económico de una profunda transformación civilizatoria. Todos son esencialmente anticapitalistas, pero no se quedan anidados en los estrechos marcos de las "izquierdas" y sus propuestas. La ecopolítica es además una política de ecos. De ecos que se encuentran, se sintonizan y se comunican, de vibraciones que reverberan a través de redes de resistencia, solidaridad e innovación. Aunque los movimientos ecológico político abundan por todas las regiones del mundo, es en América Latina y, especialmente en México, donde se localizan sus mayores expresiones, avances y logros. Por lo tanto, este libro está dedicado a realizar un recuento, que es tanto conceptual como pragmático, de este novedoso fenómeno que parece inaugurar una nueva era de transformaciones basadas en las autonomías territoriales, el espíritu de la colmena (las comunidades), la política doméstica, la autogestión y la construcción del poder social, y que desafían por igual el Estado y el Capital.