Los estudios sobre demonología y brujería en la Europa Moderna constituyen un campo de estudios pujante dentro de la investigación histórica. Con todo, el discurso demonológico peninsular, más moderado y comedido que sus pares europeos, no ha recibido suficiente atención por parte de los historiadores. El turbulento siglo XV, en particular, es acreedor de un estudio exhaustivo en lo que refiere al área cultural ibérica: mientras que dicha centuria vio nacer más allá de los Pirineos una teoría y una praxis represiva inéditas que llevaron al paroxismo el creciente temor al diablo (el estereotipo brujeril y la caza de brujas), teólogos, inquisidores y predicadores de origen hispano parecen haber sostenido, en lo que respecta al poder del demonio, una postura más prudente y cautelosa. Las condiciones de posibilidad que acogieron aquellos rasgos de mesura primigenia en el mundo ibérico constituyen el nudo gordiano a desentrañar en el presente estudio: las características idiosincráticas de la demonología ibérica son estudiadas a partir del análisis de los tratados antisupersticiosos del obispo Lope de Barrientos y del modo en que su discurso opera en el contexto político y cultural específico de la Castilla del siglo XV.