Este libro invita a recorrer Madrid con la mirada alzada y los sentidos a flor de piel y ello para recibir la luz que baña sus tejados y perfila de teñida penumbra las umbrías de sus calles y plazas. Escindida entre Villa y Corte, la ciudad esconde tesoros hasta ahora casi desconocidos, que el relato de este libro se propone revelar con la delicadeza que su beldad requiere. Ciudad grata y afable, luminosa y acuática, como evoca en la cubierta el maestro Enrique Cavestany, Enrius, Madrid merece el amor de l@s suy@s, que son quienes la viven y la visitan. Reducir la distancia entre la ciudad y quienes en ella moran es el propósito que acaricia el autor de este libro, reelaboración de uno precededente. Ójala su lectura restañe las heridas de ignorancia y desidia entre la ciudadanía y su ciudad.