Todo el mundo tiene secretos, pero algunos son más difíciles de guardar que otros. Este es el de Clara: no tiene ningún talento. Clara protagoniza esta bonita historia sobre la aceptación de una misma y la búsqueda del talento que todos tenemos dentro. Astrid sonríe a la cámara y luego da unas palmadas con un movimiento que Clara conoce muy bien antes de ejecutar toda la rutina, y sin estar a punto de caerse en el primer salto. Hace que parezca fácil, mucho más fácil de lo que es, como si no le costara ningún esfuerzo. Todas las amigas de Clara tienen algún talento especial, como resolver problemas de matemáticas, jugar al tenis o hacer peinados, pero cada vez que Clara intenta hacer algo aparece alguien que lo hace mejor que ella. Mucho mejor. No es fácil esforzarse en hacer cosas que a los demás no les cuesta nada, ¿y de qué sirve si no eres la mejor?