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Mi sandalia por tu nombre es fundamentalmente una historia de amor que surge una noche de lluvia torrencial de un verano recien nacido, en un pasadizo de un callejon, donde Clio, que se siente la mas desdichada del mundo, al acabar de convencerse en la fiesta del fin decurso que Dioni es un traidor, que lleva tiempo con la estupida y retorcida Maud, enganandola de una manera ruin y rastrera, cuando un chico, a la entrada del pasadizo de un callejon, la invita a guarecerse. Acepta y piensa, al ver una colchoneta, una manta y una mochila en el suelo que es un sin techo, al que le gusta como a…mehr

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Produktbeschreibung
Mi sandalia por tu nombre es fundamentalmente una historia de amor que surge una noche de lluvia torrencial de un verano recien nacido, en un pasadizo de un callejon, donde Clio, que se siente la mas desdichada del mundo, al acabar de convencerse en la fiesta del fin decurso que Dioni es un traidor, que lleva tiempo con la estupida y retorcida Maud, enganandola de una manera ruin y rastrera, cuando un chico, a la entrada del pasadizo de un callejon, la invita a guarecerse. Acepta y piensa, al ver una colchoneta, una manta y una mochila en el suelo que es un sin techo, al que le gusta como a ella Paul Celan, como lo demuestra el libro de poemas abierto que ve con agrado. Le dice que se llama Clo. l no quiere decirle el suyo. Ella le propone cambirselo por una de sus sandalia. Se ren. Hablan. Se intercambian confidencias. Se sienten a gusto. l le canta. Ella llora. l la consuela y la mece y ella se duerme en sus brazos. Al despertar l no est, pero le ha dejado una nota. A partir de ah la peripecia del relato se desarrolla de modo laberntico, de modo que los caminos de ella y de l parecen alejarlos. Pero, al fin, de una manera inusitada e impensable, tras muchos y variados aconteceres, se produce el encuentro.

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Autorenporträt
Carmen Gómez Ojea: "Jamás quise ser escritora, pero comencé a escribir nada más que supe poner en un papel mi nombre y mis apellidos, también la tilde en la o de Gómez. Me di cuenta de que era escritora porque todos los días escribía cuentos de tres o cuatro líneas que me costaron bastantes castigos, como el de escribir mil veces, que se redujeron a algunos cientos, "No debo desperdiciar tontamente mi tiempo ni mis cuadernos". Estudié Filología Románica, en la especialidad del español. Me presenté por primera vez a un certamen literario de novela a los veintiún años, convocado por el Ateneo de mi ciudad, villa exactamente, de Gijón, que no gané, pero fui la finalista con una obra de título sartreano: Las manos inútiles de ambiente universitario, que permanece en estado de dormición en la vieja arca de las Ánimas de la Cofradía de Pescadores de Gijón, que adquirimos en una tienda de antigüedades, y que está en el recibidor de mi casa. Quizá algún día me decida a quitar todos los objetos acumulados sobre la tapa del arcón y la despierte, porque creo que es una buena historia, por cuyas páginas andan jóvenes muy peleones que debían amarse extramuros , en las escombreras, porque era un tiempo en el que los besos y los abrazos fuera del matrimonio eran pecado mortal y estaban prohibidos. Luego gané diversos premios y sigo escribiendo cada día. Acaba de nacer mi quinto nieto. Soy abuela de otros dos y de dos nietas, por lo que tengo mucho que contar e inventar e imaginar y narrar y cantar. Me encanta la abuelez. En este instante escribo Los locos del ático y me estoy riendo bastante con una familia numerosísima de nudistas, que salen a la terraza en bolas a comer los días de sol, a tomar el aire, a leer, a hacer gimnasia, a tejer, sin importarles ni un pimiento los comentarios del vecindario cotilla que los espía.