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Millares de folios suman los informes levantados "in situ" por los expertos de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por las fuerzas de exterminio de la corporación criminal instalada fraudulentamente en el Palacio de Miraflores, cuyos resultados prácticos el pueblo no percibe y las recomendaciones consignadas en esos documentos en modo alguno son acatadas, al contrario, los autores materiales de esos crímenes identificados en los mismos, en vez de ser sancionados penalmente el régimen los…mehr

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Produktbeschreibung
Millares de folios suman los informes levantados "in situ" por los expertos de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, sobre los crímenes de lesa humanidad cometidos por las fuerzas de exterminio de la corporación criminal instalada fraudulentamente en el Palacio de Miraflores, cuyos resultados prácticos el pueblo no percibe y las recomendaciones consignadas en esos documentos en modo alguno son acatadas, al contrario, los autores materiales de esos crímenes identificados en los mismos, en vez de ser sancionados penalmente el régimen los asciende jerárquicamente.

En uno de esos informes se recomendó la disolución de la Fuerza de Acciones Especiales, conocida con las siglas FAES, uno de los más siniestros órganos de exterminio del régimen, pero la narcodictadura hizo caso omiso de tal recomendación y, además, encomió a sus componentes y exclamó ¡Viva la FAES!

En marzo de 2021 a Michelle Bachelet se le ve sonriéndole al narcodictador en una videoconferencia. ¿De qué se reiría?

Sobre esa repudiable escena que dio la vuelta al mundo, el diario El Nacional, comentó al final del editorial de ese día (5 de marzo) que "La sonrisa de Michelle Bachelet hablando con el dictador es un puñal para quienes esperan verdadera justicia, libertad y democracia y el juzgamiento de quien ha cometido crímenes de lesa humanidad". Igualmente se preguntó: "Dinos Michelle, ¿qué fue lo que más te dio gracia? ¿Los presos políticos y torturados? ¿Los inmigrantes que mueren en las trochas y caminos huyendo de la crisis humanitaria y la dictadura? ¿Los enfermos sin tratamiento? ¿La devastación social y económica producida por la dictadura más corrupta del continente?

Puros informes reconociendo los crímenes de la narcodictadura, pero nada de una acción concreta para ponerles fin y sancionar a los culpables en cadena de mando. El más reciente de marzo fue una actualización del anterior y como siempre Nicolás Maduro arreció la represión, como la desarrollada por la Guardia Nacional, la FAES y la Fuerza Aérea contra los pobladores de La Victoria, Estado Apure, en pleno desarrollo, y una diáspora forzada a Colombia superior a las tres mil personas huyendo de los organismos que debería protegerlos, dejando atrás todas sus pertenencias, saqueadas por efectivos de dichos cuerpos mal llamados de seguridad.


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Autorenporträt
Eladio Rodulfo González, who signs his work in prose or verse with both surnames, was born in the hamlet of Marabal, later converted into the parish of the same name in the Mariño Municipality, Sucre State, Venezuela, to the marriage of Guzmán Rodulfo and Nicomedes González, who died when he was a young child and whom he never met, not even in portrait. He was raised by his father's second wife, Martina Salazar. He was born on February 18, 1935. He has a degree in Journalism from the Central University of Venezuela, is a social worker, poet and cultural researcher. With his wife, Briceida Moya, he had Gabriela Lucila, Juan Ramón, Gustavo Adolfo and Katiuska Alfonsina, named after the poets Gabriela Mistral, Juan Ramón Jiménez, Gustado Adolfo Bécquer and Alfonsina Storni. In the early years of his life he worked as a clerk in his father's warehouse, an oil worker for the Creole Petroleum Corporation in Lagunillas, Zulia State, a town where he began high school at the Colegio Santa Rosa de Lima, which he continued at the Alcázar and Juan Vicente González high schools and the National School of Social Work, both institutions located in Caracas. He was also co-founder of the Minors Division of the extinct Technical Corps of the Judicial Police and of the Nueva Esparta Section of the National College of Journalists, where he was a member of the board of directors in several secretariats and also presided over the Social Security Institute for Journalists. He obtained a degree in Journalism from the extinct School of Journalism of the Central University of Venezuela, which was later transformed into the School of Social Communication, on October 9, 1969. Later he completed a postgraduate degree in Public Administration, majoring in Organization and Methods, and a course in Cultural Research. He also took police courses in Washington, D.C. and Fort Bragg, North Carolina.