A partir del análisis de las novelas francesas publicadas en 1909 por la Biblioteca La Nación, la autora delinea de qué manera la ficción fue modelando un ideal de mujer importado desde Europa a través de las traducciones y reproducido localmente en los tiempos del Centenario. Estas novelas, bajo el prestigio de la cultura francesa, replican ideales que parecieran estar aún vigentes en las expectativas de los hombres que se sienten habilitados a ejercer violencia en pos de restituir un dominio masculino erosionado ante los avances en el empoderamiento femenino. Es por eso que este libro responde a una preocupación actual: los femicidios acontecidos en el país, síntoma extremo de dominación del hombre sobre la mujer.