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Nadie debería verse obligado a vivir en la calle. Las personas que viven en la calle constituyen un colectivo especial, con unas características muy definidas dentro de nuestro imaginario, un imaginario que se ha construido paulatinamente. Para comprender su realidad, es bueno repasar cómo las hemos definido a lo largo del tiempo, para darnos cuenta de cómo las palabras con las que las hemos definido no son neutras. El prólogo de Salvador Busquets aborda este repaso. Carme Navarro formó parte durante más de once años de una asociación para ayudar a las personas que viven en la calle, la…mehr

Produktbeschreibung
Nadie debería verse obligado a vivir en la calle. Las personas que viven en la calle constituyen un colectivo especial, con unas características muy definidas dentro de nuestro imaginario, un imaginario que se ha construido paulatinamente. Para comprender su realidad, es bueno repasar cómo las hemos definido a lo largo del tiempo, para darnos cuenta de cómo las palabras con las que las hemos definido no son neutras. El prólogo de Salvador Busquets aborda este repaso. Carme Navarro formó parte durante más de once años de una asociación para ayudar a las personas que viven en la calle, la asociación Caliu, en Granollers. En este libro escribe sobre la triste y cruda realidad de las personas que ha conocido viviendo en estas condiciones, junto con textos bíblicos y reflexiones personales.
Autorenporträt
Carme Navarro i Morgades (Granollers 1947). Trabajó en un centro de salud a la atención de personas enfermas. Después de la muerte de su marido de muy joven, encontró su camino en la comunidad cristiana. Desde hace más de cuarenta años está comprometida con la vida de la comunidad y parroquial. "En el año 2006 debido a que conocí por casualidad una persona que vivía en la calle cerca de mi casa, y pocos días después, a otra dentro de un coche, me motivó a conocer la vida tan dura que llevan estas personas. Medité y junto a otras personas iniciamos una asociación en Granollers para intentar ayudarlas, en especial sobre la vivienda. Le pusimos el nombre de asociación Caliu".