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DESCRIPCIÓN
El punto de partida que es esencial aclarar al describir este plano astral es su pura realidad. Estoy utilizando la palabra en su sentido simple y cotidiano, y quiero decir con ella que los objetos y habitantes del plano astral son genuinos exactamente de la misma manera que nuestros propios cuerpos, nuestros muebles, nuestras casas. verdadero. No perdurarán para siempre más que los objetos en el plano físico, pero, sin embargo, son realidades desde nuestro punto de vista mientras duren, realidades que no podemos permitirnos ignorar simplemente porque la mayoría de la humanidad aún está inconsciente. su existencia.
El fondo Los nombres comúnmente dedicados a estos planos, tomándolos en orden de materialidad, subiendo del más pesado al más fino, son el físico, el astral, el mental o devachánico, el búdico y el nirvánico. Más grandes que este último son otros 2, pero están tan por encima de nuestro poder actual de concepto que por el momento podrían quedar fuera de consideración. Debe entenderse que la materia de cada uno de estos planos difiere de la que está debajo de él de la misma manera que, aunque en un grado mucho mayor, que el vapor se diferencia de la materia sólida. La región astral que voy a tratar de describir es el segundo de estos planos de la naturaleza, el siguiente por encima (o por dentro) de ese mundo físico con el que todos estamos familiarizados. Con frecuencia se le ha llamado el reino de la ilusión, no porque sea en sí mismo más elusivo que el mundo físico, sino por la extrema falta de fiabilidad de las impresiones que devuelve el vidente inexperto. Esto se debe principalmente a dos características notables del mundo astral: primero, que muchos de sus habitantes tienen un poder fantástico para cambiar sus formas, y también para proyectar un glamour prácticamente inagotable sobre aquellos con quienes eligen divertirse; y segundo, esa vista en ese plano es una facultad realmente diferente y mucho más extendida que la visión física. Un objeto se ve, por así decirlo, desde todos los lados al mismo tiempo, el interior de un ser sólido tan claramente abierto a la vista como el exterior; Por lo tanto, es obvio que un visitante ignorante de este nuevo mundo podría encontrar problemas considerables para comprender lo que realmente ve, y más aún para transformar su visión en el lenguaje muy inadecuado del habla ordinaria. Tiene que aprender no sólo a ver correctamente, sino a transformar la memoria de lo que ha visto precisamente de un plano a otro; y para ayudarlo en esto, está entrenado para llevar su conciencia sin interrupción del plano físico al astral o devachánico y viceversa, porque hasta que eso se haga siempre existe la posibilidad de que sus recuerdos se pierdan parcialmente o se distorsionen durante el espacio en blanco. intervalo de tiempo que separa sus períodos de conciencia en los planos variados. La primera introducción a esta notable región llega a las personas de diversas formas. Unos pocos solo una vez en toda su vida bajo alguna extraña influencia se vuelven lo suficientemente sensibles como para reconocer la presencia de uno de sus habitantes, y tal vez, porque la experiencia no se repite, pueden llegar a tiempo.........
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El punto de partida que es esencial aclarar al describir este plano astral es su pura realidad. Estoy utilizando la palabra en su sentido simple y cotidiano, y quiero decir con ella que los objetos y habitantes del plano astral son genuinos exactamente de la misma manera que nuestros propios cuerpos, nuestros muebles, nuestras casas. verdadero. No perdurarán para siempre más que los objetos en el plano físico, pero, sin embargo, son realidades desde nuestro punto de vista mientras duren, realidades que no podemos permitirnos ignorar simplemente porque la mayoría de la humanidad aún está inconsciente. su existencia.
El fondo Los nombres comúnmente dedicados a estos planos, tomándolos en orden de materialidad, subiendo del más pesado al más fino, son el físico, el astral, el mental o devachánico, el búdico y el nirvánico. Más grandes que este último son otros 2, pero están tan por encima de nuestro poder actual de concepto que por el momento podrían quedar fuera de consideración. Debe entenderse que la materia de cada uno de estos planos difiere de la que está debajo de él de la misma manera que, aunque en un grado mucho mayor, que el vapor se diferencia de la materia sólida. La región astral que voy a tratar de describir es el segundo de estos planos de la naturaleza, el siguiente por encima (o por dentro) de ese mundo físico con el que todos estamos familiarizados. Con frecuencia se le ha llamado el reino de la ilusión, no porque sea en sí mismo más elusivo que el mundo físico, sino por la extrema falta de fiabilidad de las impresiones que devuelve el vidente inexperto. Esto se debe principalmente a dos características notables del mundo astral: primero, que muchos de sus habitantes tienen un poder fantástico para cambiar sus formas, y también para proyectar un glamour prácticamente inagotable sobre aquellos con quienes eligen divertirse; y segundo, esa vista en ese plano es una facultad realmente diferente y mucho más extendida que la visión física. Un objeto se ve, por así decirlo, desde todos los lados al mismo tiempo, el interior de un ser sólido tan claramente abierto a la vista como el exterior; Por lo tanto, es obvio que un visitante ignorante de este nuevo mundo podría encontrar problemas considerables para comprender lo que realmente ve, y más aún para transformar su visión en el lenguaje muy inadecuado del habla ordinaria. Tiene que aprender no sólo a ver correctamente, sino a transformar la memoria de lo que ha visto precisamente de un plano a otro; y para ayudarlo en esto, está entrenado para llevar su conciencia sin interrupción del plano físico al astral o devachánico y viceversa, porque hasta que eso se haga siempre existe la posibilidad de que sus recuerdos se pierdan parcialmente o se distorsionen durante el espacio en blanco. intervalo de tiempo que separa sus períodos de conciencia en los planos variados. La primera introducción a esta notable región llega a las personas de diversas formas. Unos pocos solo una vez en toda su vida bajo alguna extraña influencia se vuelven lo suficientemente sensibles como para reconocer la presencia de uno de sus habitantes, y tal vez, porque la experiencia no se repite, pueden llegar a tiempo.........
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