El mar de los desechos y los buzos que hurgan sus entrañas son todos personajes de ficción, lo que no significa que no existan en la vida real, basta echar un ojo a rodar por las calles de las ciudades todas para constatar que la depredación y la competencia por los escasos recursos del planeta han dado con un nuevo eslabón, insólito, en la cadena humana: la gente basura. De esta gente trata esta novela, y ha sido su intención desde que viera la luz en 1993, mostrarla como se muestra una herida abierta.