Una teoría es psicoanalítica porque habla del y al inconsciente. Este libro ha sido elaborado desde la noción –y en parte la acción- del propio análisis. Cabe pensar que no sólo habla del inconsciente sino que también es oportunidad para que ese mismo inconsciente se exprese con el propio registro de quien escribe y, quizás, de quien lee. En ese sentido, este libro es en sí una narria y también una playa, más accidentada por momentos, más llana en otros, que desenvuelve la narración de un relato crítico. A veces alude a escenas históricas y, otras, trata de teorizar a partir de lo que se ve en esas escenas. En algunas ocasiones equilibra lo histórico y lo conceptual, y en otras genera un desequilibrio abriendo la posibilidad a la interpretación crítica propia o ajena. Tal es el espíritu de estos textos, habida cuenta de que cuando un psicoanalista habla o escribe del oficio, si bien no ha perdido la posibilidad de propia interpretación, esta se ha corrido al que escucha o lee. El fundamento del propio análisis, cuando pretende superar los redondeles autoeróticos en que gira, estriba en el reconocimiento y la referencia del otro; no necesariamente como interpretador, sino como presencia que promueve el preguntarse.