La alfabetización no sólo es sinónimo de educación, sino que ayuda a reducir las tasas de pobreza. La formación “aumenta las oportunidades económicas, la autonomía de las personas, fomenta la participación en la vida pública, la conciencia de la propia valía y mejora las perspectivas de vida de las personas y su dignidad”. El analfabetismo esconde sus raíces en las desigualdades entre sexos, en determinadas etnias, en ciertas comunidades o en áreas rurales. Por ello, el futuro pasa por un compromiso efectivo en la lucha contra la pobreza, con los grupos excluidos, con la construcción de escuelas en comunidades marginadas y nuevos programas educativos que den oportunidades a jóvenes y adultos. Diversos programas desarrollados en España han conseguido en los últimos años la alfabetización de mujeres que carecían de una instrucción básica. En la era digital, el uso de las nuevas tecnologías no puede quedar vetado a cualquier persona. El libro incorpora información relacionada con el software y hardware actualizada. Cada alumno es individual y tiene sus propias expectativas, pero en la mayoría de los casos la motivación viene dada por la necesidad y el interés por adaptarse a las nuevas tecnologías, ya que éstas no existían en su juventud. Lo cierto es que no quieren quedarse atrás tecnológicamente respecto a otros sectores de la población más jóvenes. Entre las herramientas en las que antes desean iniciarse destacan Internet y el correo electrónico.