"Confieso que he echado sobre mis hombros una tarea superior a mis fuerzas. En vano he retardado el momento. La edición está ya terminada; todo el mundo ha cumplido con el deber que impuso una admiración unánime, y las páginas que siguen, donde se contiene todo lo que precipitadamente trabajó en su dolorosa vida mi pobre amigo, sólo aguardan estos oscuros renglones míos para convertirse en una obra que edita la caridad y que el genio de su autor hará vivir eternamente. ¡Póstuma y única recompensa que él puede dar al generoso desprendimiento de sus contemporáneos y amigos! ¡Salga, pues, de mi pluma, humedecido con el tributo de mis lágrimas, antes que el relato de la vida y el juicio de las obras del malogrado escritor, un testimonio de justicia hacia esta generación entre la cual me agito, generación que a riesgo de su vida ahuyenta la muerte de los infectos campos de batalla y da su oro para el libro de un poeta!"