A primera vista, la casa a la que se mudan Nicolás y su mamá es un gran lugar para vivir. Pero tiene algo que a él no le agrada: tal vez son sus muros muy blancos, quizás es su olor extraño o que parece un gran laberinto con tantas habitaciones. La primera noche en la casa nueva-vieja, Nicolás descubre qué es lo que le disgusta y también lo asusta: ocho monstruos que viven en el sótano. Nicolás esperaba encontrarse otro ser igual a los demás: aterrador y extraño.