PROSPERIDAD significa: regresar, bienestar o mejorar una situación.
El deseo de Dios es que vivamos en prosperidad; 3 Juan 1, 2 "Mi deseo es que prosperes en todo", Dios desea darnos todas las cosas "Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, ¿Cómo no habrá de darnos todas las cosas?" Romanos 8, 32.
2 Corintios 9, 8 dice: "Dios puede darles a ustedes en abundancia toda clase de bendiciones para que tengan siempre todo lo necesario".
Todas estas promesas son para ti, promesas que Dios tiene para que todos nos apropiemos de ellas. Muchas veces no leemos la Palabra de Dios, por ello perdemos las bendiciones que él nos da para nuestras vidas.
La auténtica prosperidad la define la Palabra de Dios en San Mateo 6,33 que dice: "Por lo tanto pongan toda su atención en el reino de Dios y en hacer lo que Dios exige, y recibirán también todas estas cosas".
El deseo de Dios es que todos disfrutemos de felicidad, paz y prosperidad, "Los que honran al Señor esperen la felicidad, la prosperidad, la paz y el amor" Eclesiástico 2, 9. Pero ocurre que por desconocimiento de Dios perdemos todas las bendiciones.
Vivir la vida, sin tener en cuenta a Dios, nos trae consecuencias: dolor, pecado, frustración, enfermedad, miseria, etc. el mismo Jesús dijo en Juan 10, 10b "El ladrón viene solo para robar, matar, destruir, más yo he venido para que tenga vida y vida en abundancia", el ladrón en nuestra vida es satanás y a quien le conviene robar las bendiciones al pueblo de Dios para mantenerlo oprimido, evitándole vivir en paz y llevar una vida victoriosa.
Actualmente satanás le está robando al pueblo de Dios las bendiciones, siendo astuto ha logrado tocar especialmente una de las áreas que más oprime al ser humano como es el área financiera y de esta manera ha ido debilitándolo, desde su interior le ha venido destruyendo emocional, mental, físico, psicológico, familiar y socialmente.
Es precisamente, por ello que para protegernos de satanás podemos contrarrestar su accionar por medio de la Palabra de Dios, y elevando plegarías, oraciones, súplicas al Padre celestial para que nuestra vida sea llena de prosperidad, una prosperidad integral donde no sólo suplicamos por la parte financiera, sino también espiritual, física, moral, etc.
El deseo de Dios es que vivamos en prosperidad; 3 Juan 1, 2 "Mi deseo es que prosperes en todo", Dios desea darnos todas las cosas "Si Dios no nos negó ni a su propio Hijo, ¿Cómo no habrá de darnos todas las cosas?" Romanos 8, 32.
2 Corintios 9, 8 dice: "Dios puede darles a ustedes en abundancia toda clase de bendiciones para que tengan siempre todo lo necesario".
Todas estas promesas son para ti, promesas que Dios tiene para que todos nos apropiemos de ellas. Muchas veces no leemos la Palabra de Dios, por ello perdemos las bendiciones que él nos da para nuestras vidas.
La auténtica prosperidad la define la Palabra de Dios en San Mateo 6,33 que dice: "Por lo tanto pongan toda su atención en el reino de Dios y en hacer lo que Dios exige, y recibirán también todas estas cosas".
El deseo de Dios es que todos disfrutemos de felicidad, paz y prosperidad, "Los que honran al Señor esperen la felicidad, la prosperidad, la paz y el amor" Eclesiástico 2, 9. Pero ocurre que por desconocimiento de Dios perdemos todas las bendiciones.
Vivir la vida, sin tener en cuenta a Dios, nos trae consecuencias: dolor, pecado, frustración, enfermedad, miseria, etc. el mismo Jesús dijo en Juan 10, 10b "El ladrón viene solo para robar, matar, destruir, más yo he venido para que tenga vida y vida en abundancia", el ladrón en nuestra vida es satanás y a quien le conviene robar las bendiciones al pueblo de Dios para mantenerlo oprimido, evitándole vivir en paz y llevar una vida victoriosa.
Actualmente satanás le está robando al pueblo de Dios las bendiciones, siendo astuto ha logrado tocar especialmente una de las áreas que más oprime al ser humano como es el área financiera y de esta manera ha ido debilitándolo, desde su interior le ha venido destruyendo emocional, mental, físico, psicológico, familiar y socialmente.
Es precisamente, por ello que para protegernos de satanás podemos contrarrestar su accionar por medio de la Palabra de Dios, y elevando plegarías, oraciones, súplicas al Padre celestial para que nuestra vida sea llena de prosperidad, una prosperidad integral donde no sólo suplicamos por la parte financiera, sino también espiritual, física, moral, etc.
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