Este ensayo se propone repensar la política revolucionaria de un modo no marxista, tomando como modelo algunas verdades de hecho introducidas por la secuencia de acontecimientos que se despliega entre las revueltas en algunos países árabes y la ola de Occupy, y muy particularmente el 15M. Hannah Arendt hubiese hablado a este respecto de la más reciente reaparición mundial del tesoro perdido de la tradición revolucionaria. Entre estos acontecimientos y el modo de pensar de Arendt nos ha parecido que se daba una profunda y misteriosa resonancia. Por eso el ensayo interroga principalmente esta obra, iluminada de un modo muy singular por los movimientos de ocupación de plazas, y confrontada con otras tentativas de renovar el pensamiento de la política, de autores contemporáneos como Badiou, Agamben, o especialmente Rancière. Hegel definió una vez a la filosofía como el trabajo, el esfuerzo y la paciencia del concepto. Sin embargo, tanto la tradición de la filosofía política, incluyendo su vertiente revolucionaria, como nuestros modos habituales de pensar nos llevan a considerar la acción emancipadora como un momento de ruptura puntual, y la revuelta como una serie de incidentes de negación aislados, tras los cuales se vuelve a la "normalidad". Contra esas formas tradicionales de la impaciencia, y armado de la esperanza que apareció en las plazas ocupadas, este ensayo se propone investigar las condiciones de inteligibilidad de una verdadera paciencia de la acción. Para que un día, tal vez, quién sabe, no haya necesidad de volver a la normalidad de la sujeción. Dos preguntas guían esta investigación. ¿Qué es una vida política? ¿Qué es un pensamiento plural?