A través de los años hemos podido ver, como todo ha ido cambiando, a veces miramos con añoranza los tiempos pasados, dándonos cuenta que ya nada es igual. Ha cambiado la manera de comunicarnos, de vestirnos, de relacionarnos, al parecer todo va mutando de manera gradual, casi sin darnos cuenta. Pero seria interesante preguntarnos, si hemos cambiando en la manera de amar, porque si todo se modifica, ¿Por qué eso debería seguir igual? Tal vez nos cuesta asumir que no somos los mismos y no quisiéramos que todo aquello, que tiene que ver con los sentimientos, deje de ser lo que era. Pero en el fondo sabemos, que estamos en un escenario diferente al de otros tiempos, pareciera que hemos llegado a una etapa, donde cada uno siente conocer al otro y cada género pone acento en sus falencias, mas que en sus virtudes. Hay una nueva manera de amar, de plantarse ante una relación o acercamiento, que nos propone nuevos desafíos, para no propiciarle terreno al tan temido fracaso.