"Pónticas" ( Epistulae ex Ponto o Cartas desde el mar Negro) es una obra de Ovidio escrita en cuatro libros en los que ilustra la tristeza y desolación lejos de Roma; es obra que podemos marcar de poesía elegíaca o elegía dolorosa.
Esta es especialmente importante para tener conocimiento de Escitia menor (Grecia) en los tiempos del autor. Esta obra es publicada en Tomis (actual Constanta, el 17 a. C.) durante el exilio de Ovidio causado por la publicación de sus libros que incitaban al adulterio, en contra de los ideales del emperador Augusto.
A causa de su enemistad con el emperador Augusto, el poeta Ovidio tuvo que pasar los últimos años de su vida exiliado en Tomos, una pequeña y fría ciudad en los confines del imperio, a orillas del Ponto Euxino, el actual mar Negro. Allí, lejos del alegre bullicio de Roma y rodeado de bárbaros, Ovidio iba languideciendo, por lo que hizo todo lo posible por procurarse el perdón imperial. Sus "Pónticas" fueron, además de una nueva muestra de su genio literario, un último esfuerzo por influir en sus amigos y otros habitantes de la capital para que intercedieran por él ante Augusto. En esta colección de cartas elegíacas impregnadas de melancolía y añoranza, Ovidio insiste en los temas de su anterior obra, "Tristes", con el valor añadido de que estos ruegos cargados de dolor están a veces atenuados por la aceptación del destino y que estilísticamente se adentran con fortuna en la senda de la fusión de dos géneros: el epistolar y el lírico.
Esta es especialmente importante para tener conocimiento de Escitia menor (Grecia) en los tiempos del autor. Esta obra es publicada en Tomis (actual Constanta, el 17 a. C.) durante el exilio de Ovidio causado por la publicación de sus libros que incitaban al adulterio, en contra de los ideales del emperador Augusto.
A causa de su enemistad con el emperador Augusto, el poeta Ovidio tuvo que pasar los últimos años de su vida exiliado en Tomos, una pequeña y fría ciudad en los confines del imperio, a orillas del Ponto Euxino, el actual mar Negro. Allí, lejos del alegre bullicio de Roma y rodeado de bárbaros, Ovidio iba languideciendo, por lo que hizo todo lo posible por procurarse el perdón imperial. Sus "Pónticas" fueron, además de una nueva muestra de su genio literario, un último esfuerzo por influir en sus amigos y otros habitantes de la capital para que intercedieran por él ante Augusto. En esta colección de cartas elegíacas impregnadas de melancolía y añoranza, Ovidio insiste en los temas de su anterior obra, "Tristes", con el valor añadido de que estos ruegos cargados de dolor están a veces atenuados por la aceptación del destino y que estilísticamente se adentran con fortuna en la senda de la fusión de dos géneros: el epistolar y el lírico.