El autor recurre aquí a una crítica trascendental del sentido de las acciones no lingüísticas. Este recurso permite mostrar que las normas implícitas en las acciones lingüísticas que conforman el discurso también se encuentran necesariamente presupuestas en todas las acciones humanas y que, por tanto, no es posible actuar con sentido sin presuponer una comunidad de interlocutores capaces de comprender ese sentido y de evaluar moralmente dichas acciones en un discurso práctico. A fin de mostrar el carácter vinculante de los presupuestos discursivos para las acciones humanas en general, Paolicchi conduce su investigación hacia las bases pragmático-filosóficas de la ética del discurso, ganando una perspectiva más amplia que la habitual en el tratamiento del problema examinado, no limitándose estrictamente al ámbito de la ética normativa, sino examinando cuidadosamente las herramientas semiótico-filosóficas con las que está elaborada la ética discursiva y ampliando, por otra parte, también la aplicación que, por lo general, se le atribuyen a estas herramientas.