La oración vocal, la meditación y la contemplación son los tres modos de orar mencionados en el Catecismo de la Iglesia católica. El primero acude a fórmulas hechas. El segundo se ejercita cuando buscamos una respuesta de Dios a una cuestión difícil, o cuando formulamos un propósito o hacemos examen de conciencia. El autor ofrece recorridos por el tercer modo: cuando, tal vez en un atardecer y en una iglesia vacía y silenciosa, el alma se siente invadida de una paz profunda al advertir la cercanía de Dios. Ofrece para ello algunos recursos pedagógicos, consciente de que, como siempre, la acción corresponde al Espíritu Santo, que lleva el alma hasta Jesucristo.