En una de las crónicas de este libro, el autor expresa: "Como en la guerra uno comprende sin dilaciones que la muerte puede estar a la vuelta de la esquina, una de las reglas de oro era dejar de escribir un testimonio para hacerlo mañana...", escrita a la memoria de los colegas, que cumpliendo su deber internacionalista no regresaron y como homenaje a los que reportaron, desde Cuito Cuanavale, la verdad de cuanto sucedió en los meses en que Sudáfrica y la Unita amenazaron la seguridad del proceso revolucionario angolano. Las vivencias del autor, por toda la isla, a través de las páginas de Granma¸ y otras que escribiera posterior a los hechos, aparecen aquí, testimonio en el que, si asomó alguna vez el temor y la añoranza, venció el arrojo y la heroicidad de los combatientes angolanos y cubanos.