Rastros y huellas en las fronteras de la psicoterapia sistémica es el fruto del trabajo clínico y formativo del autor. Esta obra está compuesta por la recopilación de las publicaciones que ha realizado entre los años 1996 y 2022. Este primer volumen, subtitulado Rastros, refleja su activa participación en redes sociales, reuniendo los posts publicados en la web durante los últimos tres años. En estos posts se recogen lecturas, párrafos extractados, ideas y reflexiones en torno a muy diversos temas (masculinidad y paternidad, feminidad y maternidad, la pareja, ética y psicoterapia, educación y crianza, psicoterapia, diagnóstico y medicalización, entre otros). Estos Rastros nos permiten conocer cómo el autor entiende la psicoterapia y la intervención psicosocial, subrayando sus filias y fobias; pueden verse reflejadas sus preferencias, ya sea en torno al pensamiento filosófico, ético o epistemológico, ya sea en torno a la teoría o la praxis de la psicoterapia; sus enojos, su vehemente defensa de algunas posiciones o su justificado rechazo de otras. Es un espacio donde ha volcado sus reflexiones y profundizado en ellas, donde ha revisado sus opiniones y, por ende, ha buscado nuevos horizontes con los que orientar su trabajo futuro. A pesar de definirse como psicoterapeuta sistémico; porque el marco sistémico-relacional es el lugar donde dice sentirse más cómodo, defiende que esta posición de comodidad conceptual no está reñida con su interés por transitar otros espacios, donde confluyen inevitablemente ideas diversas y planteamientos contradictorios. De ahí que manifieste que le gusta cultivar una posición liminar, habitar en zonas fronterizas, porque son los lugares donde se facilita el surgimiento y mantenimiento de posiciones críticas, antitéticas y desprejuiciadas. Son esas zonas de incertidumbre natural, que en algunos momentos le inquietaron, las que a la postre se convirtieron en el más fértil terreno donde cuestionar y romper concepciones y "verdades" establecidas. Dice el autor: "La ventaja de lo fronterizo consiste en hacernos vivir obligados a conciliar, confluir e integrar distintos criterios, distintas lenguas, diferentes concepciones del mundo. Lo fértil está inscrito en la obligada interconexión, en la inevitable integración de las diferencias". Por esto, los Rastros a las que se refiere el título han surgido en las fronteras de la psicoterapia sistémica, en los límites conceptuales entre diferentes abordajes terapéuticos, entre lo sistémico y el psicoanálisis; presentes en muchos de sus textos. Nos permite habitar un espacio de confluencias entre lo social, lo filosófico, lo antropológico y lo psicológico, amplificando nuestro pensamiento y nuestra mirada, permitiéndonos abandonar terrenos caducos e invitándonos al riesgo de experimentar la incertidumbre natural que supone transitar espacios inciertos, para así pensarnos de otras formas, desde otros prismas, en ese terreno de nadie y de todos donde surgen nuevas posibilidades, otras visiones de lo que vivimos y de quienes somos.